Vivir es solo otra forma de morir...
la forma más valiente de morir.
Tú, mi Sol, mi fuerza, mi rey.
He estado a tus pies porque no podía haber sido de otra forma.
Así lo dictaron las esferas.
Tu voz musgosa derrite mis escudos antes de que siquiera te dieras cuenta de que los tenía en guardia, por eso siempre pensaste que era una masa blandengue.
Eras demasiado valioso. Tenía que apostarlo todo, incluso mi ego.
Tu voz herbal derrite la coraza de mi corazón. Así soy lo que pareciera ser mi destino: Suelo.
Aunque te esmeras en esculpirme, me resbalo entre tus dedos; suelo ser suelo.
He estado a tus pies porque no podía haber sido de otra forma.
Y desde abajo te he amado, pero ojalá algún día pueda hacerlo de frente.
Vislumbro la posibilidad pero aún así no sé cómo.
Aún temo demasiado perderte como para siquiera mostrarme enojada.
Y tú ni sabes que sientes, o lo finges, así como yo finjo la ingenuidad, pero no mi pureza.
Mi dulce cuervo, mis ojos nacieron para ti; para brillar con los reflejos de tus plumas plateadas, como los cuervos de Don Juan.
Vuelas libre, luego te posas en mi hombro y cuando te quiero acariciar me muerdes los dedos y te vas volando otra vez para después regresar y comerte mi otro ojo.
Eran tuyos, de todas formas.
Mi dulce cuervo, conocido por ser un pájaro bien grandotote,
Dime, ¿Cuántos seres ven la miel que hay en tu núcleo?
Endúlzame las noches, infusiona tus ojos en mi taza; tu café, mi adicción
y prometo inventarme otras cien formas de prepararte los huevos en la mañana.
Perfecto con tus miedos, grietas y tus alas remendadas.
Quisiera arrojarte lejos y después rogarte que regresaras.
-SSLH
15/07/19
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